Seudónimo: Luna Temporal
“Giramos Sobre el Reloj…”
“No se si el tiempo es
propio de nuestra conciencia,
no se si existe de verdad,
no sé quien pueda comprobar si todo es una foto
O va al ritmo de un tic-tac...”
no se si existe de verdad,
no sé quien pueda comprobar si todo es una foto
O va al ritmo de un tic-tac...”
-Las
Pastillas del Abuelo, “Duda”.
El tiempo
sigue, no para, no se detiene con nosotros. Podemos decir que el tiempo se
refleja en relojes, almanaques, etc. Pero si nos preguntamos que es el tiempo… ¿Sabemos
explicarlo?
Vivimos
siguiéndolo, sintiéndolo; porque pasan los minutos, los días, pasa el tiempo y
surgen cambios, ocurren transformaciones y pasa el tiempo, aun así no sabemos
explicarlo concreta y lógicamente.
Rodea y enreda
nuestras vidas porque dependemos del tiempo, de un pasado, de situaciones que ya ocurrieron, de momentos
anteriores. De un futuro, momentos que están por venir, que pocas veces podemos
anticipar. Sobre todo, dependemos del presente…
¿Qué es el
presente? Es un conjunto de “ahoras”, momentos precisos que están ocurriendo,
sin embargo, el presente ya pasó y se convierte en pasado. Según Martin Heidegger “el tiempo es algo en que se
puede fijar arbitrariamente un punto-ahora, de manera que, de dos puntos
temporales diferentes, siempre uno es más temprano y el otro más tarde”[1]. Entonces
puedo decir que el presente es el cruce entre el futuro y el pasado. Ya que
“más tarde” es el “más temprano”, del siguiente “más tarde”.
Así es como
comienza mi amor y desamor al tiempo. Amor porque quiero capturar cada
instante, quiero hacer eterno cada buen momento de la vida; supongo que no debo
ser la única, a todos nos gustaría alargar los buenos momentos. Somos personas y
vamos transitando etapas, que también duran un tiempo; nos enamoramos y el amor
también está constituido de lapsos, donde sufrimos, donde amamos, donde
disfrutamos.
El tiempo me ha
ayudado a organizarme, a vivir, pero aun así me es difícil seguirlo. Estamos encadenados
al tiempo, atados de pies y manos por el reloj, vamos transitando la vida,
trazando un camino, dejando un pasado y tal vez proyectando un mañana. Este
pasado nos deja recuerdos y aquí es donde inicia mi desamor al tiempo. Los
recuerdos nos producen nostalgia, ganas de volver hacia atrás para revivir los
momentos buenos o cambiar acciones incorrectas, pero esto es imposible, no
podemos regresar a un tiempo que ya caducó.
A su vez el
mañana es parte del futuro, vivimos pensando qué tenemos que hacer mañana, qué
vamos a hacer al instante siguiente, pensando que en el futuro las cosas pueden
ir mejor o peor. Vamos girando sobre el reloj, acelerados como una tormenta,
vivimos apurados, por hacer esto o aquello, por terminar algo, por empezar
algo.
Mi desamor se
ve reflejado, también, en los tiempos musicales. Los sonidos musicales deben
tener una duración precisa en el tiempo. Si no fuera así, no sería posible la
música. Cada figura tiene establecido una determinada duración y para formar un
ritmo es necesario seguirla. Pero no es fácil lograr esto, cada persona siente
y percibe al tiempo de diferentes formas. Para algunas personas lo que puede
significar un instante, para otras puede parecer interminable.
Esto me lleva a
preguntar: ¿La música es eterna?; ¿Cuándo una canción ya es parte del pasado? ;¿Por
qué cada época tiene varios estilos?; ¿Lograr que la música perdure, será un
gran reto para todos los músicos?. La utilización de nuevas tecnologías para
obtener música, ¿Perjudica a los artistas, que quieren lograr que su música sea
eterna?; ¿Todo esto será cuestión de tiempo?...
Así como es en
la música, es en la vida, ya que estamos atados a una rutina, a seguir la
clepsidra, como seguimos a la duración de los sonidos, pero cuando ocurren
cambios nos desconcertamos. La música nos ofrece una gran variedad de sonidos y
la vida nos ofrece una gran cantidad de cambios que nos desconciertan.
En este siglo
XXI donde la tecnología forma parte de nuestra vida diaria, el reloj se volvió
fundamental para nosotros, porque como ya dije, giramos sobre el reloj, vamos
acomodando nuestro tiempo, dependemos de las agujas del reloj, de horas,
minutos y segundos. Necesitamos tener a mano algo que nos refleje el tiempo, un
reloj en la muñeca, el celular, la computadora, etc.
Bergson[2]
cataloga al tiempo que se mide en los relojes y calendarios como “tiempo vulgar
“. Este tiempo es de todos, pero a una vez de nadie, es impersonal.
¿Si toda esta
tecnología no existiera, dependeríamos del tiempo?
De alguna u
otra manera desde siempre fuimos dependientes de él. En la Antigüedad los
griegos utilizaban un calendario solar-lunar, que según Platón, servía para
mantener un orden y poder celebrar distintos actos religiosos. En cambio, en la
actualidad no dependemos completamente del “tiempo objetivo”, es decir, del
tiempo cósmico, que va más allá de los hombres, si no que nos afirmamos también
en el “tiempo subjetivo”, que es la
compresión del tiempo por el hombre, el vivir y sentir las temporalidades.
Bergson plantea
dos tiempos, y dado que hay dos tiempos, hay dos memorias: “Kronos: devenir temporal”
y “Kairos: ocasión excepcional”. La primera es “la memoria rutinaria-voluntaria”,
donde un beso es igual a otro beso y podemos sumar los besos que dimos y
recibiremos hasta los cuarenta años, por dar un ejemplo. La segunda es “la
memoria vital-involuntaria”, encargada de guardar la diferencia de cada beso,
ese algo incomparable, ese sabor, ese aroma que llega de tiempos idos y que,
sin embargo, marca la presencia de aquello que parece ausencia.
Todo esto quiere
decir que el tiempo siempre existió, pero sus formas de medirlo, recordarlo y
percibirlo son diferentes y en ocasiones fueron cambiando.
Sabemos
entonces que cambió la forma de medir el tiempo, pero la forma de pensarlo…
¿Cambió?
El mundo social
impone “no perder el tiempo”. Estamos acostumbrados a escuchar la frase “no
tengo tiempo que perder”. Vivo y vivimos pendientes de qué hacer, como
organizarnos para no perderlo… ¿Qué significa esto? No queremos estar con
determinada persona o realizar alguna acción para no desperdiciar nuestro
valioso tiempo. ¿Qué pasa cuando lo perdemos? ¿Y si en lugar de pensar en cómo
no perderlo, pensamos en cómo ganarlo? Somos una sociedad consumista donde el
mercado es importante a nivel mundial, donde queremos todo ahora y no después. Si
perdemos el tiempo, derrochamos dinero, producción, etc. Nos catalogamos
respecto a las sociedades de otros tiempos, como una sociedad avanzada. Avanzando siempre sobre el futuro, planeando
el mañana, tiñendo nuestra vida de posibles situaciones, creemos que cuando
seamos adultos seremos o haremos tal cosa, que cuando tengamos dinero podremos
hacer aquello que queremos y no podemos. Intentamos capturar cada momento del
pasado, con fotografías, con arte, etc. Entonces nos damos cuenta que las
temporalidades forman parte de nuestra vida diaria y que cotidianamente
pensamos en ellas.
Teniendo en
cuenta estas temporalidades: pasado, futuro y además presente, comprendemos que
el tiempo sigue. Pero… ¿Qué forma toma, circular o lineal?
Considero que
es lineal por que sigue hacia adelante, no vuelve, nosotros vivimos y aunque la
muerte nos detenga, el tiempo sigue. También lo considero circular, viéndolo
desde el punto de vista de la naturaleza, es decir, las cuatro estaciones del
año se repiten una y otra vez con sus respectivos climas en cada zona; la Luna
también es temporal cumple un determinado ciclo, al igual que la mujer.
Por estas
razones voy a plantear al tiempo como circular y por dentro de lo circular,
lineal. Porque nuestra vida comienza cuando nacemos y termina cuando morimos,
venimos al mundo, indefensos sin saber que nos espera de la vida y nos vamos
del mundo, indefensos, sin conocer que nos esperara de la muerte. Al nacer
somos débiles y necesitamos de alguien que nos ayude. Al ir envejeciendo
hacemos una especie de retroceso y también necesitamos algo de ayuda. Con este
ejemplo quiero demostrar que el tiempo es lineal, que sigue porque transitamos
toda una vida, pero a su vez, es circular por que todo se repite, vuelve a un
similar o igual punto de partida. Algunas historias también se repiten, las
palabras, hasta las preguntas…
Entonces… ¿Qué
es el tiempo? ¿Cuánto nos dura aquel primer beso que tanto esperamos, cuanto
nos dura el amor, cuánto dura el dolor?
Fundamentalmente,
¿Cuánto nos dura la vida? ¿Días, horas, minutos?
Vivimos y somos
vividos por el tiempo, la vida dura, según como decidamos vivirla.
Bibliografía:
” ¿Cómo median el tiempo en la antigua Grecia?”: http://latunicadeneso.wordpress.com/2009/04/17/%C2%BFcomo-median-el-tiempo-en-la-antigua-grecia/
![](file:///C:/DOCUME~1/ADMINI~1/CONFIG~1/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image002.gif)
Barylko, J. “La filosofía, una invitación a pensar”. Ed.
B. Buenos Aires. 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario